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Estudiantes de la UNI hacen historia con triunfo mundial en ingeniería desde Toronto

Ganaron el primer puesto en la FRC Bowling Ball Competition en Toronto, destacando entre más de 50 universidades del mundo.

 

Triunfales. Como quien lanza una flecha al horizonte y acierta en el blanco, el Capítulo Estudiantil del American Concrete Institute (ACI) de la Universidad Nacional de Ingeniería (UNI) ha elevado el nombre del Perú más allá de sus fronteras. El pasado 30 de marzo, en la ciudad de Toronto, Canadá, estos jóvenes ingenieros conquistaron el primer lugar en la FRC Bowling Ball Competition, superando a más de cincuenta universidades del mundo entero.

No fue un azar, ni una gracia pasajera: fue el fruto de noches largas y cálculos minuciosos, de ensayos que rozaban la obstinación y de un deseo común que ardía como una antorcha. Pedro Fernando Yovera Castillo, Jose Fabian Segura Romero, Raul Andree Martinez Otiniano, Jhonny Jhonatan Valverde Mori, Gaby Lizet Soto Barboza, Melissa Jacqueline Mallma Fabian, Cleisson Abner Pinedo Trigoso y Rosa Alondra Cubas Sulluchuco tejieron con paciencia y fuego un diseño eficiente, resistente y bello: concreto vivo.

“Cada diseño, cada cálculo, cada prueba fue una oportunidad de aprender y mejorar. Sabíamos que la competencia sería exigente, pero lo dimos todo”, dijeron, con esa mezcla de humildad y fulgor que sólo tienen los que han vencido a sí mismos antes de vencer al mundo.

En la convención internacional del ACI no sólo compitieron: representaron. No sólo diseñaron: soñaron. Allí, en medio del frío canadiense y la exigencia técnica, compartieron saberes con estudiantes de todos los rincones del planeta, y demostraron que la juventud peruana, cuando es mirada, sostenida y escuchada, no tiene límites.

A su lado estuvo el MSc. Carlos Villegas, faro y guía, quien afirmó con orgullo: “Este logro no solo es un reconocimiento a su talento, sino también un impulso a su formación como futuros ingenieros. Estoy orgulloso de guiarlos y ver cómo representan con excelencia a nuestra universidad”.

Este triunfo no es una anécdota: es un símbolo. Una señal luminosa que inspira a nuevas generaciones a buscar la excelencia, a apostar por la ciencia y el arte de construir. Porque sí, también hay arte en la ingeniería cuando se hace con pasión, rigor y sentido de país.

Y desde Toronto, como quien lanza una piedra sobre un lago y dibuja círculos concéntricos, estos jóvenes han dejado una huella que se expande. Una hazaña que no termina: apenas comienza.

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