Primeros puestos del examen de admisión 2024-2 de la UNI destacan exigencia académica
- Historias de talento y compromiso. Diego Díaz García, José Arredondo Tomairo y César Soto Quispe ocuparon los tres primeros lugares en el exigente examen de admisión 2024-2 de la Universidad de Ingeniería (UNI).
- Los tres comparten una visión clara de su futuro a través de carreras que exploran las energías renovables y la aplicación de nuevas tecnologías.
El triunfo es cuestión de método, disciplina y perseverancia. Estos tres hábitos resumen la clave del éxito de los tres primeros puestos en el cómputo general del examen de admisión 2024-2 de la Universidad Nacional de Ingeniería (UNI), donde postularon 5314 estudiantes durante tres días, el 12, 14 y 16 de agosto con evaluaciones de aptitud académica y humanidades, matemáticas y física y química.
Diego Díaz García, primer puesto con 17.706 de puntaje en el examen, ingresó a la carrera de Ingeniería Mecánica-Eléctrica. Tiene 17 años, vive en Los Olivos y cuenta que desde muy pequeño estuvo familiarizado con las matemáticas y las ciencias.
“Me preparé desde mediados del 2023, desde el colegio”, indica. Sus clases allí eran de lunes a viernes desde las ocho de la mañana hasta las seis de la tarde. Luego cenaba y seguía estudiando desde las 9 p.m. hasta la medianoche siguiendo una rutina de 13 horas de estudio.
Si bien ingresó este 2024 a otras universidades a carreras como ingeniería ambiental e ingeniería mecánica, optó finalmente por la UNI ¿Cómo se decidió por esta casa de estudios? “Mi papá me hablaba bastante de la universidad, que muchos se esmeraban por la dificultad de sus exámenes. Cuando pasaba con él frente a la UNI para comprar libros de matemáticas, me decía ‘tú vas a postular y vas a ingresar acá’. Esa fue mi motivación”, explica Díaz.
Otro de sus intereses para elegir la carrera de ingeniería mecánica-eléctrica se relacionan con sus vivencias en Cajamarca, de donde proviene su familia. “Siempre quise enfocarme en las centrales hidroeléctricas, en la generación de energías saludables y sin contaminación en lugares donde no hay energía o donde la electricidad va y viene. Quiero aportar con mis conocimientos a esa clase de generación de energía”, añadió.
Díaz García piensa que cuando uno se traza la meta, hay que hacerlo a conciencia. “No basta con soñar y decirlo. Siempre he dicho que hay que ser perfil bajo, ir poco a poco escalando y siempre enfocado en lo que uno se ha propuesto. Seguir y seguir. Eso que uno estudia, poco a poco va sumando y sumando. Y cuando uno consigue y ve los resultados es muy grato. Estudien a conciencia y también aprendan a controlar sus nervios, eso es muy importante”.
El caso de José Arredondo Tomairo es similar. A sus 17 años ha obtenido el segundo puesto en el examen de admisión con un puntaje de 17.313 a la carrera de Ingeniería de Software y pudo conseguir este logro preparándose desde el primer grado de primaria en el colegio. Sus estudios los hizo desde muy pequeño en Ica, su ciudad natal.
“Mis padres me llevaban a academias y concursos de matemáticas porque veían que tenía potencial y talento para los números”, explica. Sus clases eran de lunes a viernes hasta las 2:00 p.m., luego estudiaba en la academia de tres a seis de la tarde para luego continuar su rutina hasta las diez de la noche.
Es el primero de su familia en ingresar a la UNI y está orgulloso de representar a Ica en esta casa de estudios. Su interés por la ingeniería de software, añade, es por el uso que se le dan a las nuevas tecnologías hoy y cómo se relacionan con la informática y la inteligencia artificial. Arredondo persigue las innovaciones en este campo.
“Les aconsejaría a todos que sean perseverantes. Con esfuerzo se pueden lograr muchas cosas. Mis padres me ayudaron con la decisión de postular a la UNI porque ahí hay mucho prestigio a nivel nacional e internacional”, señaló.
César Soto Quispe, de 18 años, vive en Puente Piedra y ha logrado el tercer puesto en este último examen de admisión. Con un puntaje de 17.248 ingresó a la carrera de ingeniería industrial. Con esta noticia continúa la tradición de algunos miembros de su familia que se han dedicado al estudio y al ejercicio profesional en ingenierías.
“Mi papá estudió de joven ingeniería bioquímica, él nos inculcó ese gusto. Otro tío que estudió ingeniería en la Universidad Nacional del Callao también nos motivó a estudiar ingeniería”, indica.
Su jornada de estudios empezaba a las 6:00 a.m. hasta las 2:00 p.m. en el colegio. De regreso a casa repasaba anteriores exámenes de admisión desde las tres de la tarde hasta las ocho de la noche. Ingeniería industrial siempre estuvo entre sus principales intereses, sobre todo por la variedad de aplicaciones que tiene la carrera en la vida cotidiana.
“Vi que entre las mejores universidades que tenía esta carrera y de prestigio era la UNI. Le dediqué mucho tiempo, disciplina y constancia para poder ingresar”, señala. Soto recuerda que jóvenes como él pueden seguir su camino porque “muchas veces uno piensa que mientras estudian se pierden muchas vivencias, eso es entendible. Sin embargo, cuando uno llega a la meta se da cuenta que valió toda la disciplina, el esfuerzo y el mérito de haber llegado hasta el final y que cualquier sacrificio valdrá la pena al llegar a la meta”.