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Discurso del Rector UNI en el homenaje al Ingeniero Don Alberto Benavides de la Quintana



 
Palabras del señor Rector (a.i.), Dr. Jorge Alva, en la Ceremonia Especial de Reconocimiento y Develación de Ofrenda Artística en
Memoria al Ing. Alberto Benavides de la Quintana
 

 

 
El Ing. don Alberto Benavides de la Quintana fue una de las personalidades más influyentes egresadas de nuestra alma mater en el siglo XX. Razón de más, para que nos encontremos reunidos aquí, en presencia de su familia, los integrantes de la comunidad académica de la UNI rindiéndole homenaje y colocando una piedra monolítica, que en quechua llamamoshuanca, en la puerta de ingreso del Instituto de Matemática y Ciencias Afines, cuyo local fue construido con su respaldo y lleva merecidamente su nombre.
 
Comienzo esta breve alocución destacando que se trata de un homenaje institucional aprobado por el Consejo Universitario anterior y ratificado por el actual. Estamos cumpliendo con la voluntad consensual de quienes integramos nuestra comunidad universitaria, de rendir honores a quien por sus propios méritos profesionales contribuyó decisivamente al desarrollo de la minería en el Perú. 
 
Permítanme también referir dos anécdotas personales relacionadas con nuestro homenajeado. Don Alberto siempre se dio tiempo para acompañarnos cada ocho de diciembre, en la reunión de exalumnos de La Inmaculada. Entendí que su vocación de servicio, construida indudablemente desde el hogar, se había fortalecido con su primera formación en el colegio jesuita donde la enseñanza destaca el valor del servicio a los demás. Por otro lado, supe que su fama había cruzado fronteras ya en los años 80, luego de haber culminado sus estudios de posgrado en los Estados Unidos. En ese tiempo sostuve reuniones con importantes empresas mineras, cuyos representantes se refirieron a don Alberto en términos de “experto mundial en la minería del oro”.
 
Unió tan brillante trayectoria con su interés por la juventud estudiosa. En sus últimos años, con el humor a flor de piel que le caracterizaba, gustaba contar a los mejores estudiantes de la UNI como ganó el respaldo de su padre para su vocación, cumpliendo tareas mineras, cuando apenas había terminado un año de estudios en la Escuela. 
 
Nuestro homenajeado también contaba a los jóvenes de la beca para estudiar geología minera en Harvard, y cómo pudo adaptarse a las complejidades de la vida en los Estados Unidos durante la segunda guerra mundial estudiando y después trabajando. Partiendo de su propia experiencia les exhortaba entonces a no desaprovechar la oportunidad de estudiar, y ponía mucho empeño en premiar a los mejores, gestionarles becas y brindarles apoyo para actividades académicas y culturales.
 
Hace tres años, en declaraciones para nuestra revista institucional, don Alberto remarcó la importancia de la minería para la infraestructura del país. Hizo notar que gracias a los requerimientos de la minería, que necesita transportar insumos y minerales, se ha construido carreteras y vías férreas en lugares remotos por su clima y altura sobre el nivel del mar. No tenía dudas en reconocer que algunos sectores de la población discrepan con la creación de asentamientos mineros y afirmaba que con la minería “debe ganar todo el país”. 
 
Se definió a sí mismo en primer lugar como geólogo y desde esa faceta enfocó su quehacer empresarial; al respecto, dijo textualmente: “en primer lugar lo que más me interesaba era la ciencia y la tecnología en la minería”.. Para nuestra revista habló del uso avanzado de imágenes satelitales en la exploración geológica y de las nuevas formas de lixiviación en la producción minera. 
 
Pero fue más allá, reveló que a su hijo, el Ing. Roque Benavides Ganoza –presente en la mesa de honor de esta ceremonia– le recomendaba: “Habla con la veta, para que veas como conversas con ella”. Desde su punto de vista, el geólogo “tiene o no tiene olfato”, no es un frío examinador de las piedras. En última instancia, don Alberto fue un amante de la cordillera de los Andes; decía con orgullo que muy pocos territorios en el mundo tienen una cordillera como los andes peruanos, que poseen gran variedad de minerales debido a sus intensos plegamientos y combinación de rocas. 
 
Siendo un hombre que gracias a su trabajo había logrado una notable posición económica, nunca ostentaba esa condición; al contrario, hacía notar a los jóvenes que la médula de su labor como líder del empresariado minero era su vocación de aportar a la integración del Perú y su interés científico en descubrir los misterios mineralógicos de nuestras inmensas montañas. La frase GANAMOS TODOS se podía leer en uno de los afiches colocados en la puerta de ingreso de su despacho.
 
Señoras y señores:
 
En breves momentos, saldremos de este auditorio al ingreso del IMCA donde nos espera la hermosa huanca traída desde Julcani, su primera mina exitosa y que dio origen a Buenaventura. Se justifica, entonces, reiterar la preocupación de don Alberto por las regiones más apartadas y al mismo tiempo tomar la frase que el ingeniero Roque Benavides nos planteara sobre la minería durante nuestro Encuentro Multidisciplinario realizado el mes de junio, donde señaló, enfáticamente, que “la minería con futuro en el Perú es la minería responsable”. 
 
La conciencia institucional de la UNI está a favor del desarrollo humano y sostenible, como indica expresamente nuestro Estatuto. Por lo tanto, nuestra concepción del desarrollo se ha profundizado. Hasta hace unas décadas, en todo el mundo la actividad productiva se hacía sin tomar en cuenta el impacto sobre el ambiente. Desde el famoso informe del Club de Roma de 1970 y gracias a sucesivos acuerdos internacionales, todas las actividades productivas en los distintos países, en particular la explotación minera e hidrocarburífera, y también la producción industrial, tienen que cumplir normas de protección para preservar la naturaleza y heredarla a las futuras generaciones; así como ganar el consenso de la ciudadanía.
 
La UNI tiene la obligación de reclamar una total imparcialidad y transparencia de los estudios de impacto ambiental y otros, necesarios para cautelar los intereses de la sociedad en su conjunto. Por ello mismo, tiene la determinación de pronunciarse técnicamente y profundizar su capacidad de investigación en todas las áreas vinculadas es decir, en geología, minería, metalurgia estudios ambientales y obras civiles, entre otros. Queremos  realizar estas tareas en alianza con el Estado, la empresa y la sociedad civil.
Concluyendo mi intervención, no queda más que agradecer de la manera más viva a la familia de don Alberto y a las distinguidas personalidades de la minería y otros sectores por ser parte de este homenaje.
 
También debo destacar la trayectoria del IMCA, fundado en 1997 gracias al esfuerzo perseverante del Arq. Sota Nadal,  del Dr. César Camacho y otras personalidades. Todos tenemos el más vivo recuerdo de la preocupación que desde la presidencia del patronato, manifestó don Alberto en cada detalle de la construcción de este hermoso local, que no solo financió decisivamente sino que se dio el trabajo de visitar más de una vez mientras se construía. Igualmente, es pertinente relievar la presencia del Patronato,  presidido ahora por el Ing. Guido del Castillo y cuya vicepresidencia ocupa el Ing. Roque Benavides.
 
No hay manera de reseñar las múltiples iniciativas del Ing. Alberto Benavides en favor de nuestra casa de estudios en una breve intervención, pero sí podemos decir, con sinceridad y en una sola frase: “don Alberto, gracias por todo”.
 
Y, nuevamente, gracias a ustedes por escucharme.
 
 
 

 

Lunes, 14 de setiembre de 2015.
 
 
 
 

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