En el Perú de los años recientes, el sector construcción ha sido, además de un motor de crecimiento urbano y económico, una importante fuente de contaminación. Aunque su expansión se ha frenado, todavía se le reconoce una participación significativa en el rubro, con los riesgos y beneficios que ello conlleva.
En agosto pasado, en coordinación con entidades privadas y académicas, el Estado aprobó un código técnico que, en teoría, debe ayudar a reducir el impacto ambiental que generan los procesos constructivos y el funcionamiento de las edificaciones.
Las expectativas sobre la norma son altas, pero su aplicación no es obligatoria y se concentra en solo dos de los llamados “criterios de sostenibilidad”, muy lejos de los requisitos que exigen las certificaciones internacionales. Pese a sus limitaciones, aún se le considera un hito en la regulación del sector.
Norma. Los dos ámbitos que aborda el Código Técnico de Construcción Sostenible son la eficiencia hídrica y energética. Ambos tópicos establecen que los edificios deben ser diseñados en función de las condiciones bioclimáticas del lugar donde se ubican.
En el rubro de energía se consideran criterios como la transmitancia térmica (ingreso/salida de calor), la iluminación y refrigeración, además del uso de energía solar. Javier Vidal Olcese, presidente del Consejo Peruano de Construcción Sostenible, explica que al aplicarlos se pueden conseguir ambientes ventilados, iluminados, de confort y bajo consumo.
En cuanto a la eficiencia hídrica, se fijan criterios para el ahorro y reúso de las aguas residuales domésticas, entre ellos la instalación de griferías ahorradoras y el tipo de áreas verdes según la zona bioclimática.
Luis Yamada, representante de la Cámara Peruana de la Construcción (Capeco), asegura que dicha norma “solo es un primer paso”. Indica que lo siguiente es incluir criterios más ambiciosos, como aquellos que plantea la certificación LEED (ver infografía).
Riesgos. En la actualidad, el Perú tiene 21 edificios con certificación LEED, la mayoría ubicados en Lima, y 128 en evaluación. Hasta el año pasado, Chile tenía 203 locales certificados; México, 356; y Brasil, 717.
Este balance demuestra que los países de la región han notado que la eficiencia energética e hídrica genera réditos económicos y sociales, considera Raquel Barrionuevo, docente de la Facultad de Arquitectura de la Universidad Nacional de Ingeniería (UNI).
Los edificios sostenibles pueden ser entre 5% y 12% más caros, aunque su menor costo de mantenimiento permite recuperar la inversión en plazos muy cortos, coinciden los expertos.
Según Capeco, la no obligatoriedad permitirá “acostumbrar al mercado” a los procesos y diseños sostenibles. “Al tener viviendas de alto rendimiento en los costos diarios, el sector informal migrará en forma paulatina hacia la formalidad”, sostiene Yamada.
Con dicho diagnóstico coincide Vidal Olcese, quien no descarta que en el futuro pueda considerarse establecer requisitos de aplicación obligatoria, como ya ocurre en Colombia. Para Barrionuevo, no existe el riesgo de que el código se vuelva “letra muerta”, pues en él se recogen criterios que sí son considerados imperativos en otros niveles de legislación.
El Perú, sin embargo, es un país difícil en sus leyes. Se podrían citar diversos ejemplos en que las normas obligatorias son burladas a diario. El sector construcción, no obstante, asegura que un código opcional es un buen primer paso hacia el objetivo final: más que edificios, hacen falta ciudades sostenibles.
Fuente: http://diariocorreo.pe/ciudad/edificios-sostenibles-ya-son-una-realidad-en-nuestro-pais-622785/